PREDICANDO CON EL EJEMPLO

"Los suicidios deberán publicarse solamente cuando se trate de personas de relevancia o supongan un hecho social de interés general." (Libro de estilo de El País, décima edición, pág. 16)

Y nos encontramos esto el miércoles 17 en El País (de pago), en las páginas de la edición para la Comunidad Valenciana:

"El atracador que se encerró 12 horas en un banco de Alicante con ocho rehenes se quita la vida en la cárcel"

Como muchos recordarán, se trata de aquel hombre que protagonizó un espectacular intento de fuga al salir del banco, no porque llegara muy lejos, sino porque al intentar huir en la moto que había pedido, un coche de la policía se cruzó en su camino y el atracador salió volando por los aires. Una espectacular escena que para fortuna de los televidentes muchas cámaras de televisión captaron y que se paseó por todos los programas informativos.

La norma tácita de no informar sobre suicidios no es un capricho, lo que se pretende evitar es que la información actúe como estímulo para aquellos que ponen en duda el sentido de sus vidas y ven en la repercusión mediática un final digno. Y por eso se ponen ciertos límites, como los que señala el libro de estilo citado. Este efecto mimético también es conocido como el "efecto Werther", en alusión al incremento de suicidios que hubo en el siglo XVIII después de que el protagonista de una novela de Goethe se disparase por un desamor. Al poco tiempo muchos hombres jóvenes copiaron su método de suicidio.

Y si estamos de acuerdo en que este atracador no era un personaje de relevancia social, ¿dónde está el interés general de este suicidio? ¿En que las espectaculares imágenes del atraco fueron emitidas por televisión? ¿Estamos confundiendo el interés general con el espectáculo?

P.D.: Mal asunto hablar de interés general en la semana del Barça-Madrid.

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